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Puerta de Carmona



 
La Puerta de Carmona era una de las puertas de entrada al antiguo recinto histórico y amurallado de la ciudad, siendo su principal acceso por el barrio de San Bartolomé, era la puerta más importante del este de la ciudad. Por esta entrada llegaban a diario grandes partidas de pan, trigo, hortalizas y vino que salían de Los Alcores para ser vendidas en la Alhóndiga o en el Mercado del Salvador. Debía ser de acceso directo y estar enmarcada entre dos torres, como correspondía a las entradas principales.
 De origen almurábit, se encontraba situada al final de la calle calle San Esteban, en su confluencia con el Muro de los Navarros. En uno de sus costados terminaba el acueducto conocido como los “caños de Carmona”, una conducción de agua que acababa en un gran depósito en el interior de la muralla que estaba junto a la Puerta, desde donde se distribuía hacia distintos barrios del interior.La Puerta fue derribada junto con las del Osario y de San Fernando en diciembre de 1868.

Los caños de Carmona


Tal día como hoy hace 104 años (1912) se iniciaba el derribo de los Caños de Carmona. Este acueducto data de la época en que fueron levantadas las murallas de romana Híspalis, aproximadamente entre los años 68 y 65 a. C., fecha en la que estuvo como cuestor de la ciudad el mismísimo Julio César. Serían reconstruidos por los almohades entre los años 1171 y 1172 debido a su estado ruinoso. Se abastecía del manantial de Santa Lucía, ubicado en Alcalá de Guadaira, donde los caños atravesaban largos túneles subterráneos y bóvedas excavadas en la roca. Tras 17 kilómetros de recorrido y casi 400 arcos sobre pilares, el acueducto terminaba en la puerta de Carmona. Allí se ubicaba un gran depósito desde el que se distribuían las aguas hacia diversos puntos de la ciudad, siendo disfrutada principalmente por la aristocracia, instituciones religiosas, la Casa Pilatos, las Huertas del Rey, los Reales Alcázares, además de algunas fuentes y baños públicos. Era el único acueducto romano del mundo superviviente completo; ahora se desconoce cómo se unía a la red urbana. Una tragedia en nombre de la apertura de avenidas.










Las cubiertas de la Catedral





Bueno, vamos a empezar esta nueva sección por la visita que hicimos a las cubiertas de la catedral, o sea el techo, se puede subir a la Catedral y verla desde las alturas, tanto por dentro como por fuera.
Para realizar la visita podéis encontrar toda la información de precios, horarios, etc.. en esta página de Catedral de Sevilla

Como era durante la época de Navidad, pudimos disfrutar de otras cosas que había en la zona, como el bonito nacimiento del Ayuntamiento de Sevilla.



El casco histórico de Sevilla es una obra de arte por cualquier lugar a donde mires, ahí podeis ver el edificio de la esquina opuesta al nacimiento, encima de una de las pastelerías más famosas de Sevilla.



Como ya sabéis, la catedral de Sevilla es la mayor catedral gótica cristiana del mundo y la tercera en tamaño de todos los estilos, después de San Pedro en Roma y San Pablo en Londres, y eso sin darse importancia ninguna. En cuanto entramos empezamos a disfrutar de una maravilla de la arquitectura.



El Roseton visto desde fuera y ya veis donde está la gente de la visita


Vista de los techos y del ángel que corona el órgano



Estos agujeros, se hicieron para que la Catedral "respirara" para que saliera la humedad y la condensación que producían los  cientos de personas que entraban en la Catedral allá por los siglos XV y XVI, ahí los tenéis con sombrero y sin sombrero.

Ahora podéis ver una parte de las cubiertas con los arbotantes tipicos y los cimborrios.






Como habréis observado, los techos exteriores están como abombados, la explicación es que cuando se encontraban con cúpulas, para poder circular con más seguridad, se rellenaban los huecos de tinajas de barro u otros utensilios que servían de relleno en las esquinas pero pesaban poco, así no cargaban de peso pero servían para su objetivo.




Espectacular vista del Alcazar y el Archivo de Indias.








En la visita también veréis la Giralda al alcance de la mano y subiros a la cúpula que se ve a la izquierda, de la Capilla real.






Estos son los cántaros con los que rellenaban los huecos de las cúpulas.

 Finalmente, a la bajada, pasamos por la tumba de Cristobal Colón, aunque en realidad, allí sólo está una parte de sus huesos, pero bueno, algo es algo.


Cada una de las estatuas representa a un reino de España, Castilla, Leon, Navarra y Aragón y, si ampliáis un poco la foto veréis en el pie izquierdo del rey más cercano una granada que representa a la ciudad del mismo nombre.


Como veréis, la visita fue muy interesante, podréis ver dibujos en el suelo del techo donde se pintaron los planos que usaban los obreros y los guías os contaran muchas historias interesantes de la historia de la catedral que no os desvelo para que tengáis mas interés en ir a la visita.




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Dufftown, Elgin y el Whisky

Este día nos dedicamos a recorrer la tierra del whisky, en los alrededores de Inverness se encuentran los pueblos donde se pueden catar los mejores whiskies de Escocia y, seguramente, del mundo.

En primer lugar paramos en Elgin, donde contemplamos lo que fue una de las más importantes catedrales de Escocia, hoy en dia en ruinas, aunque está totalmente cuidado, incluidos sus preciosos jardines.

Aunque estos pueblos son pequeños y muy al norte de Escocia, la gente es amable acogedora con los turistas, así que aunque no dominamos el idioma demasiado no tenemos problemas con la comunicacion.





Tiene también, por supuesto, un castillo y destilerias, museos y tiendas sobre el whisky.

Después de visitar Elgin, seguimos nuestro paseo hasta Dufftown, que era el destino elegido para visitar una destileria, concretamente la de Glennfidich. En Dufftown tambien entramos en una tienda de whisky, si no encuentras allí la marca que bebes es que no existe.





Junto a la tienda está, The world famous Glennfidich Restaurant, o al menos eso dice a la entrada.






Calle principal de Dufftown.

Despues entramos en la Destileria donde, aparte de la visita, habia una cata de tres tipos de whiskies de la marca Glennfidich.






Ahí tenemos a la amable lugareña sirviéndonos la cata de whisky, de manera que salimos contentos por partida doble, por la visita y por la cata, que fue abundante, después un paseito por los jardines para desintoxicar y adelante. 

En la mayoría de los pueblos de alrededor, Aberlour, Elgin, Dufftown, etc., podeis encontrar las más famosas destilerias, las cuales podreis visitar, Mcallan, Cardhu, entre ellas. Por cierto, en la de Mcallan entramos, pero sólo a la tienda a comprar algunos recuerdos.
Bueno, pues otro día más de viaje u otro menos, según se mire. Mañana dejaremos de conducir por la izquierda, cogemos un avión que nos llevará tres días a Londres, ciudad que ya conocemos pero que siempre gusta retomar, pero eso es ya otra historia. ¡¡¡ bye ¡¡¡.




Desde Portree a Inverness

Bueno, pues salimos de la Isla de Skye, por el mismo sitio por donde entramos, con lo que hicimos otra ronda de fotos al castillo, aunque a otra hora, con lo que la luz era distinta y así cogimos, por fin, la luz que quería mi amigo Diego, que mira mucho esas cosas. Nuestro siguiente destino era Inverness, a unos 180 kilómetros de Portree, íbamos a entrar en una zona famosa por sus whiskies, y tambien por el personaje más famoso de aquellos lares, el monstruo del Lago Ness, el cual teníamos que bordear para llegar a nuestro destino. Así que con la ilusión de ver al famoso Nessie nos pusimos en camino.
Lago Ness y visita a las ruinas



Al final no pudimos ver al monstruo, segun decía había pedido un dia de permiso para ir al médico, por un problema de reuma, supongo que tantos años en el agua pasan factura.

La ciudad de Inverness es considerada la capital de las Highlands, con una población de unos 50.000 habitantes. Es una ciudad bonita y limpia con gente amable. Por su extensión ya habréis imaginado que es fácil de pasear a pie por toda ella. Tiene un centro de la ciudad con muchas tiendas y todo tipo de souvenirs, así como ropa y zapatos a buen precio. Tiene, como no, un castillo y un mercado victoriano muy interesante. Como en la mayoria de estas ciudades, tambien tiene bastantes bares para tomar las famosas pintas británicas. Pero ¡ ojo ¡, aquí no puedes hartarte de cerveza a no ser que lleves una buena cartera. Por eso los británicos cuando llegan a España se hartan de cerveza, los precios cambian bastante.






Vista de Inverness y el rio Ness que la atraviesa


Podeis entrar en una de las muchas tiendas que hay y ver todo tipo de Kilts, que son los trajes tipicos escoceses



Ahí teneis un muestrario de corbatas, pañuelos, gorros, etc.. Cada color representa a una familia o clan, ya sabeis, como en la pelicula de Los inmortales, el protagonista era del clan Mccloud.

A unos diez kilometros de Inverness, es interesante la visita a Culloden, donde hay un museo que conmemora la batalla del mismo nombre. La batalla de Culloden, en 1746, fue el choque final entre jacobitas y partidarios de la casa de Hannover, y supuso para los jacobitas, que luchaban por la restauracion de la casa Estuardo en el reino británico, una derrota de la que nunca se recuperó. Si os interesa el tema por ir un poco preparados al viaje en Batalla de Culloden está bastante bien documentado.

Disposicion de los ejercitos en la batalla


"Nuestra sangre es aún la de nuestros padres, y nuestros el valor de sus corazones" esto reza en la entrada del museo de la Batalla de Culloden.


Estatua de Flora McDonald, la heroina de Inverness, tras la batalla de Culloden, ayudó al pretendiente jacobita Carlos Eduardo Estuardo, conocido como Bonnie Prince Charlie, a alcanzar la Isla de Skye, en barca, disfrazado como su criada irlandesa.




La tortilla asesina, como diria mi amigo Salvador es un bar que parece y no es, osea, que aunque no sea del todo, se parezca, que es igual pero no es lo mismo, en definitiva, hay buena voluntad en parecer español, tienen tapas de tortillas ¡¡ como no ¡¡, tapas que se parecen a las españolas, pero más pequeñas y más caras, e incluso tienen cerveza española, en fin, si echas de menos España, entra, no te sentirás igual, pero consuela.
Al fondo la catedral de St. Andrews, bonita, sin más.