EL HOTEL
Bueno, pues ahí estaba yo viendo como empieza a salir el sol y a imaginar mi proximo viaje, cuando pensé que había estado recorriendo Europa, viendo pueblos de nombres impronunciables y, sin embargo, no habia visto ciudades preciosas que están a dos horas de mi casa. Así que mientras espero 4 ó 5 meses para irme de viaje largo, aproveché el puente de Andalucia para visitar Málaga. Reservamos en un Hotel Ibis en la calle Calvo, que está a diez minutos andando del centro, concretamente de la calle Larios, que es la más famosa de Málaga. Tengo que hacer un inciso para explicar que hay que diferenciar lo que es un turista y un viajero.
Turista es aquel que le pide a un hotel spa, gimnasio, un buen bar, piscina, duerme la siesta y come tranquilamente, sin prisas. Viajero es el que sólo le pide a un hotel que la habitación esté limpia, que tenga ducha y que pasa en el hotel el tiempo indispensable para descansar después de patear la ciudad en cuestión. Es decir, yo me considero viajero y sólo veo el hotel de noche para dormir. Eso es, generalmente, un hotel Ibis. Aunque esta vez ha llegado al límite del minimalismo, la foto de la derecha es una vision clara, donde está colgada la chaqueta, es el armario. En la esquina opuesta está el lavabo, integrado en la propia habitacion y dos puertas una con el inodoro, y otro con la placa ducha. Tiene un parking a 10 euros por día ( noche)
LA CIUDAD
Como llegamos temprano a Málaga, en vez de irnos al hotel, optamos por ir directamente al Castillo de Gibralfaro, que está en la periferia y es lo más alejado del centro y así podríamos soltar el coche en el hotel el resto del fin de semana.
El castillo de Gibralfaro, se puede recorrer por su muralla. Fue una fortaleza que construyó Abderramán III, sobre las ruinas existentes en la cima del monte, entre ellas las de un faro fenicio, que le dió nombre. Sobre todo disfrutareis de unas vista espectaculares de Málaga y de su bahía, después, en la misma carretera, bajando encontrais el Parador, donde tambien podreis tener una maravillosas vistas.
Podeis sacar una entrada que cubre el Castillo de Gibralfaro y la Alcazaba, que está abajo, cuesta 3,20 y dura veinticuatro horas. Así que nosotros vimos este castillo y al dia siguiente La Alcazaba, ya andando desde el hotel.
Una vez dejado el coche y las petenencias en el hotel, empezamos nuestra ruta por la ciudad. Lo primero que encontramos desde el hotel es el Mercado de Atarazanas, un mercado tradicional que tembien tiene varios bares donde podeis tomar unas tapitas deliciosas.
Ahí teneis una muestra, en uno de sus kioscos, la venta es casi exclusiva de todo tipo de almendras, cacahuetes, nueces, y muchos tipos de futos secos, muy tipicos de la zona y podreis encontrar pequeños puestos de venta por toda Málaga. Ahí teneis una bicicleta y el portabotellas original, en vez de agua, algo más reconfortante.
Después de comer seguimos nuestro recorrido, con la intención de visitar la catedral
Es de estilo gótico y es llamada la manquita porque en 1782 se paralizaron las obras, quedando sin construir la torre sur.
Sólo os enseño la fachada por una causa, cuando fuimos a entrar vimos que costaba 5 euros la entrada, nos pareció un abuso, después de las subvenciones que recibe la iglesia con cargo a nuestros impuestos, que encima tengamos que pagar cinco euros por persona, así que no la visitamos por dentro. Lo siento pero, sin querer darme importancia ninguna, creo que en Sevilla tenemos una de las mejores catedrales del mundo y es gratis.
Después nos fuimos a tomar un café, en Málaga hay una cadena de cafeterias llamada La Canasta, donde hay un surtido de torrijas, con azucar, sin azucar, con miel, con caramelo, en fin de todo tipo y a cual más buena, no podiamos dejar pasar una comida sin que el postre fuera una torrija de la Canasta.
Y ojo, que hay que saber pedir el café en Málaga, ahí teneis una muestra.
La canasta de la Plaza de la Constitucion con sus originales sombrillas |
Nuestra siguiente visita fue al Museo Thyssen, una plaza donde podeis ver en la foto, en el centro el Museo, a la Izquierda el auditorio y a la derecha, la tienda, y la Plaza, como no podeia ser de otra manera, se llama Plaza de Carmen Thyssen. La entrada cuesta 6 euros y merece la pena, hay mas de 200 obras de pintores andaluces, Sorolla, Valeriano Dominguez Bécquer o Romero de Torres, entre ellos.
Al final del puerto teneis el Centro Pompidou, que no visitamos porque tuvimos que priorizar, así que lo dejamos para otro momento. |
Después del Museo un paseo por la calle Larios y el puerto y, como la noche estaba bastante fria, helada diria yo, nos fuimos hacia el Hotel a buscar donde cenar cerquita de éste. Y esto es lo que dió de sí el primer día en Málaga. Yo creo que lo aprovechamos bien. Mañana más y mejor. Ya sabeis que picando en las fotos se ponen a pantalla completa.